El dolor cervical es una molestia que puede aparecer en cualquiera de las estructuras del cuello, incluyendo nervios, vértebras o músculos, aunque, también puede darse en otras zonas cercanas como la cabeza, los hombros, la mandíbula o la parte superior de los brazos. Aproximadamente un 68% de la población adulta sufrirá dolor de cuello a lo largo de su vida.
EL dolor cervical puede presentarse en dos formas diferentes. Por un lado, puede ser agudo cuando se presenta de manera brusca. Suele ser resultado de un tirón o un esfuerzo momentáneo demasiado fuerte, lo cual produce una lesión en los músculos del cuello. Por otro, puede ser crónico, cuando se da de una manera recurrente y puede ser resultado de muchas causas.
El dolor cervical es una de las causas más frecuentes de consulta entre pacientes de 25 y 29 años. Esta cifra se va incrementando progresivamente con la edad, hasta que pasados los 45 años alcanza una incidencia del 50% de la población general, pudiendo llegar a representar entre el 51-80% de las patologías en la población laboral. Por lo que, se pude decir que las patologías cervicales dolorosas son muy comúnes, sobre todo en pacientes con edades superiores a los 50 años.
Causas y síntomas del dolor cervical
Una de las principales causas del dolor cervical es la tensión o distensión muscular, provocada por las actividades diarias tales como enconvarse en el escritorio durante horas, ver la televisión o leer en una mala postura, pasar demasiado tiempo delante del ordenador, dormir en posiciones incómodas o inadecuadas o torcer y girar el cuello con sancudones.
Asimismo, existen otros factores que influyen en la aparición del dolor cervical. Entre ellos el padecer obesidad, lo que provoca debilidad muscular, sufrir traumatismos, lesiones o enfermedades de la columna vertebral cervical como la artrosis o una hernia discal, padecer osteoporosis, escoliosis o incluso tumores e infecciones. Por otra parte, hay que tener en cuenta que en muchas ocasiones los dolores cervicales son la expresión de una tensión emocional debida a las preocupaciones, la ansiedad, el estrés o la depresión. Además, las caídas o los accidentes traumáticos pueden causar lesiones cervicales graves, como fracturas de las vértebras, latigazo cervical, lesión de los vasos sanguíneos e incluso parálisis.
En lo que se refiere a los síntomas del dolor cervical, normalmente se manifiesta mediante la rigidez o la dificultad para mover el cuello hacia los lados, el entumecimiento o los espasmos musculares, la tensión y el dolor de los músculos del cuello, la aparición de tortículis, un dolor agudo que puede provocar na postura anormal del cuello en la que nuestra cabez se presenta desviada hacia uno de los lados, dolor en la base del cráneo que puede acompañarse por una sensación de debilidad en las manos y los hombros pudiendo existir una sensación de hormigueo en los brazos y los dedos y el dolor generalizado en el área cervical.
Diagnóstico y tratamiento
La presencia de dolores en la zona cervical requieren la visita al médico o especialista para que diagnostique las razones que lo producen. Esto se hace particularmente necesario cuando el dolor del cuello va acompañado de otros síntomas como la rigidez o la fiebre, con el fin de que el médico descarte la existencia de una enfermedad infecciosa. Igualmente, cuando se ha sufrido algún tipo de traumatismo fuerte o se ha experimentado un latigazo o pinchazo fuerte en el cuello, se deberá acudir al médico inmediatamente.
El diagnóstico requerirá realizar una historia clínica del paciente, dónde se da a conocer al médico sus actividades habituales y una exploración física de las zona del cuello y las zonas próximas. Para ello, el médico podrá utilizar radiografías u otras pruebas de imagen para descartar posibles tumores. Asimismo, se realizarán análisis de sangre con el objetivo de determinar si existe alguna enfermedad infecciosa o reumática.
En cuanto al tratamiento del dolor cervical, en la mayoría de los casos consiste en cambiar los hábitos cotidianos y de trabajo de los pacientes. Para ello, los médicos recomiendan a los pacientes tomar analgésicos que alivien los síntomas dolorosos, aplicar frío durante los primeros días para luego suministrar calor a base de compresas, almohadillas térmicas o duchas calientes, darse masajes, realizar ejercicios de estiramiento de cervicales o dormir en una almohada especial para el cuello.
Finalmente, hay que recordar que el dolor cervical rara vez está originado por un problema grave de salud y éste desaparecerá en una semana. De la misma manera, las personas con con músculos débiles en el cuello tendrán una mayor tendencia a padecer este tipo de problema, por lo que realizar ejercicios es bueno para fortalecer sus cervicales. Además, dependiendo de la causa que subyace en el dolor, el pronóstico suele ser bueno si se lleva una vida activa y se obtiene el tratamiento correcto.
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